En esta isla del alma donde todo parece estar dicho, aún nos queda la palabra.
El Mambí Ilustrado nace del fuego y del silencio. Del machete que corta y de la pluma que cicatriza. De la memoria de los que soñaron patria, y de los que hoy, sin fusil ni bandera, buscan un lugar donde ser libres.
No somos una revista más. Somos una ventana abierta al pueblo cubano, al hombre y la mujer de a pie que sienten, piensan, trabajan y sueñan, aunque nadie los escuche.
Creemos que cada cubano —desde el campesino hasta el poeta— lleva dentro un mambí dormido: un espíritu rebelde que no se rinde, aunque lo encierren en el silencio.
Por eso escribimos. Para que la palabra vuelva a tener machete, y la idea vuelva a tener raíz.
Aquí caben los versos y los ensayos, el arte y la calle, la filosofía y la nostalgia. No defendemos dogmas ni trincheras: defendemos la libertad del pensamiento, la dignidad del arte y la esperanza de la palabra.
El Mambí Ilustrado es una manigua moderna: un refugio para quienes aún creen que la belleza puede resistir, que la verdad puede decirse con elegancia, y que el alma cubana todavía tiene voz.
A todos los que leen, crean, recuerdan o simplemente sienten: este espacio es suyo.
Porque no hay revolución más profunda que la del espíritu libre que se atreve a escribir su verdad.
— La Redacción de El Mambí Ilustrado
